lunes, 21 de junio de 2010

X

Hay que mirarse al espejo
y reconocerse, cada tanto
del cuerpo debe uno aceptar y
decir:
han sido fuertes estas rodillas
que han tocado tantas veces el suelo
para volverme a levantar.

Para esto son precisos los pedazos
de un espejo roto que
se busca en la noche
el silencio que hace la luz
desaparecerá
al grito del objeto
que nunca se encontrara
en las sombras diurnas
ni reposando en algún tabique nasal
ese lugar, el más oscuro que se puede conseguir
en un mediodía
que sobreviviò a una noche es
hallarse frente al espejo
avergonzarse
arrepentirse de todo.

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