Lomas de Villa Transradio

Sentí al núcleo duro del mal
ponerse en acción rápidamente
una noche larguísima de Julio
en que caí en la cuenta
de haber tomado tres o cuatro decisiones
para vengarme del mundo.

jj

Hay que repasar
una, dos, tres, cuatro,
cinco, seis, siete, ocho
veces el concepto de galaxia
observando esa foto de la vía láctea
delimitada por un negro incorpóreo
que supone un paréntesis de espacio y tiempo
para comprenderse en un marco estrecho
del que pronto habrá que mudarse
con bastante tristeza
y un mayor sentido de finitud.

Dispongo de cajas continentes
y espacios de años
luz.

Yendo hacia la luz

enmarcado por la cinta asfáltica
obviando la nube húmeda que te rodea
toda la luz
toda esa luz no es el sol.

Camino negro
senda al cielo
la motocicleta es absorbida
por el pavimento.

Necesariamente en la horas mas largas

motivado por las paredes
que se descascaran,
tentado por silencios
imposibles de vencer
y terrores nocturnos encarnados
en invasores como sombras,
resabios de la noche que
tensionan mis músculos
afuera en la intemperie
planean entrar,
se acumulan tras la puerta,
aguardan preciso momento,
un redoble interminable.

Todo se sospecha
tras la mirilla
a las cuatro a. m.
hacerte a un costado de la cama
y compartirlo con vos.

Castrol GPS 4

y otros aceites para motos
se amasan y unen tanto como se repelen
con combustibles oleaginosos
que bajo la lluvia
advierten con colores.

Quién sabe estos productos
son resultados significativos
de la ingeniería mecánica
de la última década
y se consumen a veces en el suelo
a veces en el viento
contaminando con fuerza
un medio ambiente que ignoran.

El propósito es
evitar la fricción entre piñones
y lubricar al motor entero
en su relación de metal con metal
un trabajo que de tan humilde
es invisible dentro de la caja cromada
y que yo advierto no leyendo
sino en el suelo y con una rueda
a centímetros de mi frente
como signo de respeto y para siempre
entiendo qué es precisamente
lo que al doblar la esquina inclinando
mi moto veinte grados a la izquierda
me hizo caer sorpresivamente.

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Eso que desde la terraza parece un ojo
es una perfecta mancha de aceite
y la marca perpetua
del volumen de mi desaseo
en una casa sin secretos
a la vista de todos;
un compendio de incomodidades con garage
y a veces alguna rata.

Llevamos cinco años en el frìo
congelados en cierto momento
pero ahora la grasa se deposita en mis callos
negra, lenta, pesada
no se quita
de ese lugar sin agua caliente
o combustible
que ya nunca voy a derramar
sobre la superficie del patio.

Lo estuve pensando bien
y ya no me quiero mudar
a ese lugar sin agua caliente.

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Qué hay de posible
en esto que imagino es
la muerte de mi persona
la tristeza de mis padres
la forma en que mi cráneo
(que ya no es mio sino de las moscas
los gusanos y antes,
de los rituales mortuorios)
es observado por pseudoamigos
que aprenden la lección
de la doble fila de ruedas
de los camiones y los días de lluvia,
esa debilidad de las motos.